Estimado Washington Post:
En Estados Unidos, la brutalidad policial ha sido un problema constante. En encuentros recientes con la policía, las víctimas quedan gravemente heridas o muertas. El encuentro más reciente fue en Tulsa, Oklahoma, cuando un hombre afroamericano de cuarenta años llamado Terrence Crutcher fue asesinado a tiros por la policía mientras esperaba en la carretera junto a su automóvil averiado. Después de recibir un disparo, el oficial lo dejó por dos minutos antes de contactar a la ambulancia. Este reciente encuentro volvió a prender fuego a la brutalidad policial.
La razón por la que continúan ocurriendo encuentros mortales con la policía se debe a las suposiciones y temores tanto de la policía como de la comunidad. Los agentes de policía disparan primero y luego hacen preguntas porque temen que sus vidas corran peligro. La comunidad le tiene miedo al oficial y tiende a no tomar las mejores decisiones en la situación. Si se les enseñara a los oficiales a tomar más precauciones al abordar una situación, habría menos asesinatos y los oficiales podrían recuperar la confianza de la comunidad. Si la comunidad recibe habilidades para manejar situaciones con la policía, el proceso sería mucho más sencillo.
Una solución para los problemas de ambas partes es la realización de talleres para informar al público y a la policía. Los talleres pueden enseñar a las personas de la comunidad cómo actuar cuando un oficial se le acerca. El oficial de policía puede llegar a conocer a los miembros de su comunidad y recibir capacitación sobre cómo manejar los problemas de manera más efectiva. Los talleres deben tener diferentes miembros de la ley, incluidos abogados y jueces, para brindar su asesoramiento legal. Si se toman estas medidas, debería haber una disminución en los casos de brutalidad policial porque las personas tendrán las habilidades que necesitan para interactuar con la ley.